¿Estábais al tanto de que hay determinados gestos y hábitos veraniegos que hacemos con frecuencia y que pueden ser un peligro para los dientes? Hoy, desde Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez e Hijos os hablamos de ellos.
Algo tan simple como probar la comida de los niños para ver si está muy caliente, compartir un helado o cubiertos puede favorecer que a los niños les salgan caries si la persona con la que hace esas cosas las tiene.
Por otra parte, también tendríamos la deshidratación. Debido a las altas temperaturas, es normal que bebamos con más frecuencia, pero el aumento de bebidas azucaradas o muy carbonatadas resulta perjudicial para los dientes. Es por ello que es mejor tomar, sobre todo, agua porque mantiene el PH de la boca. Si ésta se deshidrata, hay más posibilidades de que se infecte o inflame por no segregar tanta saliva, lo que conlleva problemas para tragar, hablar, comer, llevar prótesis dentarias o, incluso, puede producir dolor, irritación o quemazón de la lengua.
Otra de las cosas que se observa en verano es que nos relajamos bastante, sobre todo si estamos de vacaciones, y descuidamos la salud bucodental, lo que se traduce en que ya no nos cepillamos los dientes tanto como deberíamos. Esto hace que aumente el riesgo de sufrir caries o que se produzca la pérdida de piezas dentales.
De igual modo tenemos los deportes acuáticos. Los nadadores acumular más sarro o placa dental que el resto ya que exponen con frecuencia sus dientes a cloros y otras sustancias químicas. Además, el buceo puede provocar dolor de mandíbula si no se sabe cómo se debe colocar la boquilla del regulador de aire. Se da también la barodontalgia, un problema causado por el cambio de presión de aire, sobre todo si el buceador tiene grandes caries, empastes, encías inflamadas o infectadas.
Por último nos encontramos con el frío y el calor. Aquí lo que se experimenta es una sensibilidad dental si bebemos algo muy caliente o muy frío, por lo que, como siempre que se comenta este tema, es recomendable que se ingieran alimentos y bebidas que no supongan cambios bruscos de temperatura y que se vayan alternando para que así los dientes se aclimaten.