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Llagas en la boca

¿Qué hacer para calmar las dolorosas llagas de la boca?

Seguro que más de una vez has sufrido el incordio de tener las dolorosas llagas en la boca. Una infección que nadie nota, pero que no te permite pensar en otra cosa.

Aunque no es especialmente grave a priori, son molestas, dolorosas o antiestéticas. Si aparece cualquier elemento extraño en nuestro cuerpo, lo aconsejable es consultar a un especialista. ¿Por qué salen y cómo hacer para calmar estas dolorosas llagas en la boca?

El dolor es una de las principales características de las llagas. ¿Sabías que el 20% de la población sufre alguna vez en su vida estas infecciones?

Se forman por la pérdida de superficie mucosa de la boca. Como indican los especialistas en los últimos estudios, estas lesiones se inician como pequeñas heridas rojizas dolorosas que, en pocas horas, adquieren un centro blanquecino. Esto produce una pequeña úlcera poco profunda en un primer momento, con forma redondeada u ovalada, bien delimitada con un centro blanco-amarillento y un halo inflamatorio prominente.

Cabe destacar que, entre las causas más frecuentes se encuentran os traumatismos locales como las mordeduras o el roce mantenido con aparatos de ortodoncia y material protésico. Además, ciertas enfermedades odontológicas como la gingivitis, las infecciones víricas, bacterianas e incluso fúngicas y los trastornos por déficit de vitaminas y minerales (hierro, vitamina B12, ácido fólico, zinc).

Otras veces puede ser provocado por algunos fármacos y determinadas enfermedades autoinmunes y cutáneas pueden provocar su desarrollo.

Lo habitual que hace la mayoría de los pacientes es dejar que se curen solas y en una o dos semanas, como mucho, desaparecen. Hay expertos que señalan que no hay nada que las haga desaparecer. El único tratamiento ante estos casos es aliviar el dolor y reducir la inflamación. ¿Cómo?

Pues, por ejemplo, se puede evitar agravar la situación de estas llagas con alimentos o bebidas calientes, con comidas saladas o condimentadas o con cítricos; o bien haciendo gárgaras con agua fría o con sal; chupando hielo o tomando paracetamol.

Por supuesto, siempre que mantengamos una correcta higiene bucal diaria, estaremos reduciendo que aparezca estas llagas.

Si persiste el dolor, no espere más y acuda al especialista, ya que, en ocasiones, estas infecciones bucales pueden ser signos de procesos más graves como lesiones por enfermedades autoinmunes o asociadas a procesos infecciosos bacterianos (sífilis, tuberculosis) e incluso el primer síntoma de un cáncer en la cavidad oral.