Llama aquí
Llama aquí
Dentífrico y cepillo de dientes

¿Qué esconde la pasta de dientes?

¿Sabías que la primera pasta de dientes de la historia fue ideada por los egipcios hace 5.000 años?

La fórmula, por aquél entonces, era muy abrasiva y de intenso sabor ya que estaba compuesta por piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, agua, uñas de buey, cáscara de huevo y mirra.

Desde entonces, su fórmula ha ido cambiando notablemente, hasta que “Colgate” lo inventara a finales del siglo XIX. Existen numerosos tipos de pasta de dientes, pero todos contienen casi lo mismo: flúor, agentes limpiadores, sustancias antibacterianas, pulidoras, espesantes, conservantes, saborizantes…

¿Sabías que el 95% de los españoles de más de 35 años tiene caries?

Este es uno de los principales problemas bucales, pero no el único, ya que a esto se le suma, la gingivitis, la placa, la sensibilidad o el mal aliento, entre otros.

Estos problemas dentales se pueden prevenir gracias a un buen hábito de higiene diario. Los eslóganes de las marcas de dentífricos nos venden «limpieza total» o «eficacia máxima” pero, ¿cuál debemos elegir?

Los expertos aseguran que no se debe distinguir entre aquellas que se venden en farmacias o supermercados, puesto que todas pasan los mismos controles de calidad y están bastante equiparadas. La diferencia existe cuando es la persona la que tiene un problema dental concreto. Entonces elegiremos uno u otra en especial. Los profesionales aconsejan, en estos casos, acudir a la farmacia, ya que puedes encontrar pasta de dientes como Parodontax (con bicarbonato sódico que ayuda con problemas de encías como la gingivitis o la periodontitis), Desensin (que trata la sensibilidad dental) o Yotuel (a base de peróxido de carbamida para blanquear).

Los detractores de los dentífricos comerciales alegan que estos contienen productos químicos, plásticos que dañan el medio ambiente, conservantes y edulcorantes, entre otras sustancias. Lo cierto es que son nocivas porque irritan la mucosa oral y merman su capacidad de absorción. Por lo que algunos profesionales se han pasado a la cosmética natural, al igual que otras marcas que ya apuestan por productos ecológicos.

Algunos de ellos tienen efectos antibacterianos y actúan contra la placa como la salvia, el tomillo, la canela o el clavo. Por otro lado, el propóleo, el lentisco o la mirra protegen las encías y la manzanilla es un antiinflamatorio natural.

Estas cremas dentales son menos espumosas y su sabor lo aportan los extractos de plantas aromáticas como la menta o la clorofila, o frutas como la fresa o el limón.

Otro de los temas que preocupa sobre los dentífricos comerciales es que el flúor puede provocar flourosis dental u ósea, que afecta a los huesos y provoca manchas en los dientes si se consume en altas dosis, pero lo cierto es que la dosis que contiene cualquier pasta de dientes es baja y poco nocivas. Además, se ha descubierto que el hecho de incluir el flúor en los dentífricos tiene bastantes beneficios como la reducción de caries entre un 25-35%.

¿Qué cantidad usar en cada cepillado?

Para que la pasta sea efectiva, la cantidad de esta sustancia debe ser de en torno a 1500 ppm (150 mg. por 100 gramos de crema).

Desde el punto de vista de los niños no son capaces de enjuagarse y escupir, y se corre el riesgo de que se traguen el producto. Por este motivo, las pastas especialidades en niños contienen menos flúor.

¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas pastas de dientes tienen rayas de colores?

Los expertos señalan que es meramente estético. Su origen data de 1955 con el fin de asemejarlos a bastones de caramelo. Su uso se popularizó en los 60 de la mano de Signal, que sigue incorporándolas a día de hoy.

¿Sabes ya que pasta de dientes elegir?