El esmalte es el mineral más duro del cuerpo humano. Su función, recubrir y proteger los dientes de todos aquellos agentes que afecten la calidad de las piezas dentales. El desgaste del esmalte vuelve nuestra boca más frágil, los dientes están más expuestos a una fractura y también a la sensibilidad al frío o al calor.
La principal causa de desgaste en el esmalte es la erosión, provocada por el roce de los dientes o por problemas como el bruxismo.
El esmalte también puede sufrir abrasión debido a la acción de algunos ácidos o ciertos medicamentos. Tampoco podemos olvidarnos de la fricción provocada por un cepillado muy agresivo, muy perjudicial.
Un esmalte desgastado puede ocasionarnos muchos problemas bucales. Además de alterar el color y el brillo de los dientes, hay riesgo de melladuras y el surgimiento de manchas es más probable. También es más probable que suframos infecciones y que se presenten problemas de sensibilidad dental.
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