Si alguna vez os habéis preguntado cuáles son los principales motivos por los que los niños van al dentista, la respuesta es la caries dental, pero hay un segundo motivo: el bruxismo infantil. Hoy, desde Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez e Hijos, os hablamos de ello.
Como ya os hemos explicado en anteriores ocasiones, el bruxismo es el hábíto involuntario de apretar o rechinar los dientes. En el caso de los niños, no hay diferencia alguna con el que sufren los adultos, aunque hay que estar pendientes de ellos para identificar el problema a tiempo y que, así, pueda tratarse cuanto antes.
Se ha visto que 1 de cada 10 niños sufre bruxismo y que, cuando más se produce, es entre los 6 y los 10 años, coincidiendo con la etapa del cambio dental. Destacamos también que hay dos tipos de bruxismo, el céntrico y el excéntrico, y que puede ser tanto diurno como nocturno. En los niños, lo más frecuente es que sea excéntrico y nocturno.
Para saber cómo ha podido desarrollarse, hay que tener en cuenta dos tipos de etiología: la psicológica y la física.
Cuando hablamos de las psicológicas no estamos refiriendo a un conjunto de trastornos o alteraciones que provocan tensión emocional o estrés, siendo un claro ejemplo la hiperactividad.
Sin embargo, cuando nos referímos a las físicas, nos encontramos ante dolores de cabeza, oído, erupción dental, caída de los dientes de leche, malposiciones que provocan interferencias…
No obstante, la causa también podrían ser diferentes enfermedades sistémicas o algunos síndromes en los que se ha visto que el bruxismo es más frecuente.
En muchos casos, el bruxismo puede ser algo pasajero y, si las lesiones que ha causado entonces son mínimas o imperceptibles, no se aplica ningún tipo de tratamiento porque lo que se recomienda es que se controlen los trastornos de ansiedad, una de las razones más frecuentes por las que puede padecerse este problema.
Sin embargo, si es un caso grave y las lesiones son severas de desgaste dental o de afectación muscular, nuestra mejor recomendación es que se coloque una férula de descarga, aplicando también ejercicios de fisioterapia para disminuir el dolor provocado por la tensión bucodental en caso de que fuera necesario.