La estética dental tiene cada vez más importancia para los pacientes de hoy en día. Los dientes blancos y alineados aportan una sonrisa saludable, facilitan confianza en uno mismo y simbolizan juventud vitalidad y éxito. ¿Cómo tener los dientes más blancos?
No todo el mundo puede presumir de dientes blancos de forma natural. Y no siempre ese molesto tono amarillo es a causa del café y el tabaco, ya que la genética de cada persona influye en el grado de blancura de sus piezas dentales. Además, hay alteraciones de origen hormonal que pueden provocar manchas y modificar su color.
Por otra parte, una dieta inadecuada o poco equilibrada afecta también a nuestra sonrisa, incrementando su tono amarillento. Además, debemos recordar que el abuso de ciertos alimentos como el café, el té, las bebidas de cola, el vino tinto o los zumos cítricos pueden provocar que los dientes pierdan su tono natural.
Lo mismo sucede con los alimentos que contienen carotenos (un pigmento natural antioxidante), como las zanahorias, el tomate o las espinacas.
Por otro lado, ciertos hábitos como el abuso del tabaco o la ingesta prolongada de algunos medicamentos, como las tetraciclinas y la doxiciclina (antibióticos), y los antidepresivos y antiestamínicos, pueden también dañar el color del esmalte.
Para evitar este problema, que afecta principalmente a la estética de la persona, se recomienda reducir el consumo de alimentos que decoloran los dientes, así como evitar hábitos nocivos. Además, si ya se tienen los dientes manchados o amarillentos, el paciente puede realizarse tratamientos de estética dental como el blanqueamiento o las carillas dentales.
Dos de los recursos en odontología para tener los dientes más blancos son las carillas y el blanqueamiento dental.
En concreto, las carillas son finas láminas de porcelana que se colocan en la parte frontal del diente, diferenciándose del blanqueamiento en que, además de otorgar a los dientes un color más puro y blanco, permiten corregir pequeños defectos en la forma de los dientes otorgándoles homogeneidad y un aspecto «más atractivo».
En la actualidad existen ciertos materiales como el composite o las carillas ultrafinas ‘e-max’ que ofrecen magníficos resultados sin necesidad de tallar el diente. Estas carillas, proporcionan una fuerza y resistencia comparable al esmalte del diente natural, y resisten al paso del tiempo, no desgastándose, y proporcionando una blancura propia de una dentadura cuidada.
En cambio, el blanqueamiento dental consiste en la aplicación de productos químicos sobre la superficie dentaria que, mediante un proceso de oxidación, producen un aclarado del tono de los dientes. Por ese motivo, señalamos la necesidad de que se realice bajo la supervisión de un profesional con el fin de evitar que estos agentes químicos puedan ocasionar posibles abrasiones y daños en las encías.