La enfermedad periodontal es muy frecuente en el espectro de población que supera los 35 años. Las estadísticas muestras que más del 85% de las personas que superan esa edad tienen problemas relacionados con las encías. Los efectos de una periodontitis no solo se localizan en la boca, ya que se ha descubierto su efecto en enfermedades cardiovasculares o de diabetes.
La periodontitis se origina por la acción de las bacterias, que atacan la parte que une la encía y el diente. Esta enfermedad suele ir precedida de una gingivitis, surgida de la acción de la placa. Cuando la inflamación se extiende a otros tejidos, el riesgo de ataque al periodonto es evidente. Sin embargo, para que la gingivitis derive en algo más serio debemos atender a factores de riesgo como el sobrepeso o el tabaco.
La periodontitis, además de dolor, provoca que las piezas dentales se muevan, ya que ataca a los tejidos que sujetan el diente. En casos extremos, la enfermedad puede derivar incluso en la pérdida de la pieza.
¿Cómo prevenir estas infecciones? La mejor forma es sin duda a través de una buena higiene dental. Cepillándonos los dientes dos veces al día y utilizando seda dental o cepillitos interdentales, eliminaremos las bacterias que atacan nuestra dentadura.
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