Como todos sabéis, las férulas dentales ayudan a paliar los efectos del bruxismo, pero, ¿cuántos tipos hay y para qué sirven? Hoy, desde Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez e Hijos, os lo recordamos.
Dado que cada férula se usa para algo concreto, hay que hacer una distinción entre ellas. Actualmente podemos encontrar férulas de descarga o relajación, férulas de ortodoncia, o férulas de blanqueamiento. Os hablamos de todas ellas a continuación.
Con ella se pretende controlar la hiperactividad muscular que puede derivar en el conocido bruxismo. Esta férula se encarga de disipar las cargas transmitidas por la fuerza con la que se muerde al apretar o rechinar los dientes y se relajan los músculos faciales. Gracias a esto, se consigue que la tensión de la mandíbula se vea aliviada y se reduzcan los dolores en dicha articulación, además de en la cabeza o las cervicales.
Si al acabar el tratamiento de ortodoncia no se quiere perder el resultado, lo mejor es usar férulas para que los dientes no se muevan, que es la tendencia que tienen una vez que el aparato dental se retira y empieza a masticarse sin él.
Por ello, es recomendable usar férulas o retenedores, que deberán utilizarse durante todo el día durante los seis primeros meses. Pasado ese tiempo, ya sólo tendrá que utilizarse por las noches durante los tres años siguientes.
La última férula se corresponde con el tratamiento de blanqueamiento dental. Una de las formas existentes para hacerlo es, precisamente, mediante férulas, con la comodidad de poder llevarlo a cabo en casa; no obstante, es conveniente estar bajo la supervisión de un odontólogo. En este caso, el blanqueamiento consiste en una férula, una jeringa que contiene agente blanqueador y, en algunos casos, puede ser que también haya una fuente lumínica para la fotoactivación del mismo.
Nosotros, desde nuestra clínica, realizamos algunos de estos tratamientos, por lo que os recomendamos que os pongáis en contacto con nosotros para que podamos atenderos en caso de que lo necesitéis.