¿Qué ocurre cuando necesitamos ponernos un implante dental pero apenas si tenemos hueso como para llevar a cabo el procedimiento? Esta es la pregunta a la que hoy queremos dar respuesta desde Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez e Hijos recordando las diferentes formas en las que puede hacerse.
No es un secreto que, la falta de hueso lo hace todo más complicado, pero con el paso de los años se han desarrollado métodos con los que poder solucionarlo, los cuales os mostramos a continuación.
Cuando se realiza este proceso, se pretende hacer una regeneración de huesos y tejidos de la encía a partir de implantar partículas de hueso que se mezclarán con las ya existentes. De esta forma, se generará nuevamente el hueso y, más adelante, éste será capaz de soportar la colocación de los implantes dentales. Estos injertos provendrán o bien de partes del cuerpo del propio paciente, o de donantes.
Este método se hace mediante la manipulación genética de la sangre del paciente, extrayendo los factores de crecimiento que producen regeneración y cicatrización de tejidos. Cuando se obtiene dicha sustancia, se puede aplicar a los implantes dentales para regenerar tanto el hueso como los tejidos.
En este caso, los implantes dentales se diseñan especialmente para los pacientes que presentan poco hueso. Por ello, se minimizan sus dimensiones, haciendo que sea más sencillo. Por lo general, miden menos de 8,5 milímetros de longitud, pero existiendo diferentes medidas en función de las necesidades del paciente.
Esta técnica, que es mucho menos invasiva que la que suele llevarse a cabo habitualmente, ha de hacerla un buen especialista puesto que es más delicada y que requiere de conocimientos más técnicos que los que precisa cualquier otro tipo de implante dental.