Artículo original publicado en el Periódico Carrión – Abril 2013 – 1ª quincena
Autor: Dr. Roberto García Fernández
Cuando hablamos de implantes nos referimos a un sustitutivo de la raíz natural de un diente, que se ancla al hueso mandibular o maxilar mediante un mecanismo fisiológico llamado osteointegración, a partir del cual el implante se “suelda” al hueso.
Hasta el momento, las técnicas de colocación de implantes consistían en la realización de una incisión o corte, despegando la encía para ver el hueso donde se iban a colocar los implantes. A continuación se preparaban los lechos implantológicos, se insertaban los implantes y luego se procedía a la sutura con puntos, con el objetivo de cerrar la herida. Todo esto produce la aparición de hematomas, por el despegamiento mucosa-hueso, mucho más sangrado en la cirugía, mayor probabilidad de infección, ya que se opera a hueso descubierto en un medio (la boca) con multitud de especies bacterianas, mayor tiempo de cicatrización y, en definitiva, muchas más molestias, que en ocasiones impiden la incorporación a la vida social durante varios días e incluso semanas.
La colocación de implantes sin incisión no precisa puntos de sutura, ya que no se hace ninguna incisión, de manera que la cirugía es muchísimo más rápida, los implantes se pueden colocar en una sesión muy corta, el período de cicatrización es más corto, la duración del tratamiento es menor y es menos molesto y más cómodo para el paciente, pudiendo incorporarse a la vida social de forma inmediata.
El riesgo de infección es, además, mucho menor, al no haber despegado la encía del hueso. Existen varias técnicas para la realización de este tipo de ciru-gías directas. Por ejemplo, la planificación tridimensional, mediante software informáticos (Nobel Guide, Simplant, Med3D, etc.), gracias a los cuales se realiza una reproducción exacta de la boca y del hueso del paciente a través de un estudio radiológico computerizado, que nos permite simular operar al paciente en el ordenador, y luego copiar esta operación en la boca real del paciente. Posteriormente, en menos de una hora, se pueden ajustar los dientes en la boca del paciente. Con todo ello, el resultado final es el aumento considerable de la calidad de vida del paciente.