Para muchos, el gesto de morderse las uñas puede ser una costumbre algo normal sin implicaciones que pasaría desapercibido para el resto, si no fuese por las marcas estéticas que deja en los dedos. Sin embargo, si no se rompe este hábito tan difícil, puede conllevar consecuencias peligrosas para la salud dental.
Los expertos en odontología señalan que, los niños o adultos que se comen las uñas podrían romper, astillar o desgastar sus dientes frontales debido al estrés causado al morder. Sobre todo, aquellas personas que utilizan ortodoncia, ya que ponen sus dientes en mayor riesgo de reabsorción radicular.
Con solo un vistazo a tu círculo más cercano, se puede apreciar quienes sufren esta mala costumbre y quienes no, ya que incluso se puede ver en la sonrisa, además de las encías.
Este hábito se conoce como la onicofagia, un trastorno que provoca un impulso incontrolado de morderse las uñas. Esta costumbre produce calma en quien lo sufre, pero puede ser el origen de diversos problemas relacionados con la salud oral.
Estos problemas pueden ser un deterioro excesivo de los incisivos, mayor riesgo de infecciones, así como problemas para la mandíbula e incluso contribuye a la halitosis.
Actualmente, existen múltiples remedios para dejar de morderse las uñas como buscar un sustituto del hábito, utilizar un protector para los dedos o usar un repelente que haga que el mal sabor evite llevarse las manos a la boca. Si el daño ya está hecho y se han producido deterioros dentales, será siempre necesario acudir a la clínica dental.
En Clínica Dental Miguel Ángel García, existen tratamientos que repararán el daño que haya podido causar este mal hábito, como las carillas de porcelana, coronas dentales y demás.