Entre las muchas especialidades a las que nos dedicamos en Clínica Dental Miguel Ángel Pérez, se encuentra la ortopedia maxilar, un tratamiento que adapta la musculatura bucal, no sólo en referencia a la posición correcta de los dientes, sino que también lo hace en la lengua, en las relaciones intermaximilares, en los labios y en el resto de elementos que componen el aparato masticatorio en sí.
Hoy, en esta nueva publicación, os hablamos de este tratamiento concreto para que lo conozcáis mejor.
Además de lo comentado anteriormente, es importante saber que la ortopedia maxilar también se encarga de corregir cualquier anomalía esquelética subyacente que pueda darse en la boca, razón por la que el tratamiento recibe el nombre de ortopedia y no de ortodoncia.
La finalidad que tiene es que se normalice tanto la forma como el tamaño de los maxilares y, para ello, la edad influye mucho. Es precisamente por esta razón por la que es muy relevante que se trate el problema desde el mismo momento en el que comienza a darse. La infancia suele ser la etapa más recomendable para comenzar con el tratamiento.
Dicho esto, cabe destacar que la ortopedia maxilar es algo que puede empezar a hacerse a partir de los dos años, corrigiendo así tanto mordidas profundas y cruzadas como las que pueden darse debido a una mala posición de la mandíbula.
Aunque parezca una tontería, lo cierto es que la genética influye bastante en lo que se respecta a recibir o no este tipo de tratamientos. Un niño puede tener una mandíbula pequeña pero unos dientes grandes, lo que podría ocasionar que el pequeño tuviera los dientes torcidos, además de que podrían caérsele tempranamente. También podría darse el caso de que empujase los dientes con la lengua o se mordiese los labios.
La ortopedia maxilar se realiza mediante dos tipos de aparatos que, dependiendo del caso a tratar, puede ser fijo o removible.
Por otra parte, y en lo que a la duración se refiere, también dependerá del caso en cuestión. No obstante, podría decirse que hay un promedio establecido que oscila entre los 6 y 18 meses.
Los resultados que se obtienen son óptimos e incluso pueden ser rápidos, pero siempre y cuando se haya puesto el aparato ortopédico durante la etapa infantil.
Pese a que antes os decíamos que este tratamiento puede iniciarse a partir de los dos años, lo cierto es que la mayoría de los casos comienzan a realizarse entre los 6 y los 9 años. Por lo general, suele hacerse en el momento en el que se aprecia que hay una alteración del crecimiento de los maxilares.
Cuando esto ocurre, la ortopedia que se lleva a cabo es la que se conoce como funcional y con la que se consigue que el espacio entre los dientes sea el correcto, dejando así que puedan crecer con normalidad.
Por otra parte, cabe destacar que la mayoría de los niños que se someten a un tratamiento de ortopedia maxilar tendrán que hacerse después uno de ortodoncia.
Os recomendamos que, si queréis saber más sobre la ortopedia maxilar, nos consultéis o vengáis a nuestra clínica.
Fuentes: