La pérdida del hueso dental es algo que puede producirse por varias causas y hoy, desde Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez e Hijos, os hablamos de ello.
La pérdida dental puede darse por diferentes motivos, tal y como os comentamos a continuación:
La pérdida ósea del hueso alveolar tanto de la mandíbula como del maxilar superior es una consecuencia común de la periodontitis crónica, además de la pérdida de dientes. Cuando se trata de periodontitis, las bacterias destruyen gradualmente el hueso y los ligamentos periodontales que conectan el diente a los maxilares.
Que no se reemplace un diente es la razón más frecuente de la pérdida ósea, sobre todo cuando son varios dientes seguidos. El hueso de los maxilares se conserva mediante la presión y el estímulo de masticar. Al extraerse los dientes, el hueso se reabsorbe, siendo de un 25% la pérdida al cabo de un año. Esta pérdida es progresiva y es conveniente frenarla. De igual forma, hay que tener en cuenta que el hueso alveolar forma las crestas en las que están incrustados los dientes y que éstas se atrofian tanto en vertical como horizontalmente si se pierden o se extraen los dientes que se alojan en ellas.
El caso más extremo de pérdida dental por extracción de dientes es por quitar los molares superiores del maxilar superior. Si estas piezas no están, se da una reabsorción adicional del hueso por la expansión de la cavidad sinusal. Si no hay dientes, la presión del aire en esta cavidad provocará la reabsorción del hueso que recubre los senos nasales.
Si hay dientes desalineados, se puede dar una situación en la que no se produzca una masticación normal, lo que provoca la pérdida del estímulo necesario para el hueso.
Si se tiene un tumor grande en la cara o una infección, también puede suponer que se produzca una pérdida dental.