Roncar es una actividad muy normal. De echo, todos pero todos alguna vez en nuestra vida hemos roncado o vamos a roncar. De hecho, actualmente la mitad de la población adulta masculina y un cuarto de la femenina ronca.
La fisiología de un ronquido es algo muy simple y a la vez muy efectivo. Los ronquidos se producen en diversas partes de la nariz y la garganta; en particular por el paladar suave, que vibran cuando inhalamos y exhalamos el aire.
Al dormir los músculos de la garganta y tráquea se relajan. Si te encuentras boca arriba, tanto la mandíbula como la lengua se deslizan más atrás que de costumbre obstruyendo el pasaje de aire de las fosas en la garganta. Esto dificulta la entrada y salida de aire de los pulmones, obligando al individuo a respirar por la boca.
La explicación científica sería que el aire se ve obligado a pasar por una abertura más estrecha, lo que genera una vibración en el velo y la úvula del paladar, fabricando un leve sonido gangoso. Sin embargo, este aumenta a medida que la boca se seca con el paso del aire, y las vibraciones se potencian. Esto puede resultar extremadamente molesto para quienes conviven con la persona que ronca, especialmente si tienen un sueño ligero.
Lo cierto es que existen varios factores que aumentan el riesgo de roncar por las noches.
Entre las causas pasajeras se encuentran los resfriados, las alergias y las enfermedades que obstruyen las vías respiratorias, como las anginas. Mujeres embarazadas, el sobrepeso, dormir en el ángulo incorrecto, fumar, las pastillas para el sueño o el alcohol, son otros de los causantes de estos desagradables ruidos.
En otras ocasiones, existe otra razón de peso por la que se ronca y es debido a alguna deformación del tabique nasal, que es la estructura que separa las fosas nasales, así como en los huesos de la cara en general también pueden afectar la respiración. La congestión, los pólipos nasales y la hinchazón del velo o la úvula también pueden llevar a ello.
Estos ronquidos son un síntoma de un trastorno de sueño conocido como apnea obstructiva del sueño, donde la persona deja de respirar total o parcialmente por más de 10 segundos mientras duerme. El resoplido o ronquido suele ocurrir luego de cada episodio.
Los ronquidos están relacionados con mal posiciones dentarias y problemas de la articulación tempero-mandibular (ATM). Siempre que se tenga una mandíbula retrasada cuando se cierra la boca, la lengua se desplaza hacia atrás favoreciendo el ronquido. También se producen ronquidos cuando al cerrar la boca los incisivos superiores casi impiden ver a los incisivos inferiores (sobremordida).
Se calcula que un 4% de los adultos sufre roncopatía crónica y por lo general afecta a hombres de mediana edad.
Este trastorno produce una reducción de los niveles de oxígeno que provocan un pequeño despertar con el objetivo de recuperar la respiración normal. Semejante falta de sueño provoca somnolencia excesiva durante el día, trastornos respiratorios, problemas cardiovasculares y mala calidad de sueño.
El tratamiento de apnea del sueño o roncopatía que llevamos a cabo en Clínica Dental Miguel Ángel García Pérez es beneficioso para mejorar el descanso y evitar cardiopatías severas. Tenemos la mejor solución para evitar la roncopatia crónica.