Tener que usar una prótesis dental es algo que puede suceder, pero hay que recordar que hay dos tipos: fija y removible. Hoy, desde Clínica Miguel Ángel García Pérez e Hijos os las recordamos para que podáis ver cuál podría iros mejor.
Ante la ausencia de piezas dentales se pueden hacer distintos tratamientos para reponer los dientes y muelas ausentes y mejorar la estética, la masticación y el habla. En este caso, obviamente, hablamos de un sustituto artificial de las piezas naturales con una apariencia muy realista. Pero el dilema es que, cuando se trata de algo así, hay que escoger entre prótesis dental fija o removible.
La prótesis dental fija es cómoda y duradera, pero hay que tener en cuenta un factor para poder hacerla. Si no se tiene algún diente propio en buenas condiciones, tanto por delante como por detrás de la zona carente de dientes, no podrá hacerse. La razón es que estos dientes nuevos se sujetarán y apoyarán sobre los dientes que haya por delante y por detrás, que serán limados y rebajados.
En cambio, las prótesis removibles se utilizan cada vez menos. Están pensadas para usarse de forma provisional o en casos concretos, como problema económico o porque haya una imposibilidad ósea o dental que impide la colocación de una prótesis fija.
En el caso de éstas, además, también hay que destacar que las removibles pueden ser parciales o completas. Las completas se apoyan exclusivamente en las encías y las removibles parciales llevan una suerte de conectores en los dientes vecinos.
Sin embargo, y sin importar cuál se escoja, hay algo que se dará con los dos tipos: Un proceso de adaptación inicial. En él lo más probable es que se sientan molestias ya que la prótesis es algo ajeno al cuerpo y ha de habituarse a ello.
En Clínica Miguel Ángel García Pérez e Hijos estamos especializados en implantes y prótesis dentales. Consulta con nosotros tus dudas, te asesoraremos encantados sobre el tratamiento más adecuado que necesites.