La ortodoncia es uno de los tratamientos más comunes para poder alinear los dientes y volver a tener bien nuestra boca al cabo de un tiempo. Uno de los tratamientos más conocidos son los brackets, pero lo cierto es que estos están siendo sustituidos cada vez más por otros que son menos visibles.
A día de hoy aún somos reticentes a mostrar nuestra sonrisa cuando llevamos aparato dental y es por ello por lo que la ortodoncia invisible gana cada vez más terreno. Hoy, desde Clínica Dental Miguel Ángel Pérez, os hablamos de ello.
Debido a lo comentado anteriormente, surge la ortodoncia invisible, que ayuda a que nuestros dientes vuelvan a estar en su posición correcta. Este tratamiento consiste en la fabricación a medida de una unos retenedores transparentes que encajan perfectamente con las dimensiones de los dientes.
Con este tratamiento también es posible solucionar problemas de apiñamiento, de diastemas, o incluso de sobremordida, y su eficacia reside en la combinación entre los retenedores tradicionales y los invisibles. Ir alternándolos es lo que hace que se reduzca la duración del tratamiento.
Tras una revisión con el odontólogo, se toman modelos de la boca a través de un software 3D con el que se crea un tratamiento virtual en el que se planea el movimiento de cada diente desde la posición en la que se encuentra hasta la que se quiere.
Poco a poco, los alineadores irán consiguiendo que se muevan los dientes, aunque es necesario advertir que estos tendrán que ir cambiándose cada 15 días aproximadamente.
Hay dos tipos de ortodoncia invisible: la ortodoncia lingual e Invisaling.
Ventajas de la ortodoncia invisible
La ortodoncia invisible no sólo no hace que no nos acomplejemos, sino que también tiene otra serie de ventajas frente a los brackets. Por ejemplo, dado que se puede quitar para las comidas, facilita mucho la higiene bucodental, y también, al no tener piezas metálicas, hace que no se produzcan las molestas ulceraciones.